¿Adiós, Miyazaki?
La noticia, anunciada en Venecia por el director del Estudio Ghibli Koji Hoshino, de que Hayao Miyazaki (Tokio, 1941) se retiraba definitivamente, ha dado ya la vuelta al mundo. Durante el festival de Venecia tuvo lugar la proyección de la última producción del gran genio de la animación. Esta última producción de Miyazaki; “El viento se alza” (kazetachine en el original), es una historia de ficción, basada en el diseñador de aviones Zero, usados durante los combates de la Segunda Guerra Mundial. En ella se narra la historia de un niño cuya pasión por los aviones lo lleva a convertirse en el mejor ingeniero aeronáutico del país. La última película de Miyazaki, a pesar de ser éste un reconocido pacifista, ha levantado polémica por el argumento y el hecho que el niño de la historia se convierta en el constructor de los aviones utilizados durante la guerra.
Según la distribuidora Toho, la película, estrenada el pasado 20 de julio, ha sido vista por 6,4 millones de personas durante el primer mes de proyección y ha recaudado más de 8000 millones de yenes.
Desde «El Castillo de Cagliostro», estrenada en 1979, Miyazaki ha tenido una carrera llena de éxitos y se ha convertido en un director reconocido mundialmente. Con «El viaje de Chihiro» (2001) ganó el Oscar a la Mejor película de animación y un Oso de Oro en el Festival Internacional de Berlín. Otras de sus obras más conocidas que han triunfado a nivel internacional son «Nausicaä del Valle del Viento» (1984), «El castillo en el cielo» (1986) y «Mi vecino Totoro» (1988).
Una de las características de las películas de Miyazaki, además de las historias, es la emoción que transmiten las animaciones, los gestos de los personajes. Según el propio autor, esto se consigue siguiendo una técnica manual de coloreado y tratando con sumo cuidado las expresiones de los personajes. Para conseguir 1 segundo de película, se necesitan 24 fotogramas coloreados, técnica que no se utilizaba ni en los años 50.