Hanami o la contemplación de la flor del cerezo en Japón
El denominado hanami(花見) u ohanami cuando se habla de forma honorífica (お花見), literalmente mirar las flores, o el florecimiento de los cerezos, es uno de los acontecimientos más esperados de Japón. Durante un breve espacio de tiempo los cerezos se cubren de flores para anunciar el fin de la estación hivernal y la promesa de un tiempo más cálido.
En Honshu, la isla principal, los cerezos empiezan a florecer entre finales de marzo y principios de abrila, justo después del florecimiento de los ciruelos. La esperada llegada de la celebración simboliza no únicamente el fin de la estación fría, sino también el comienzo de una nueva etapa, más fructífera y bella que la anterior.
La flor de sakura (桜) tiene una duración de aproximadamente 10 días y va avanzando desde el sur hacia el norte (por la longitud del archipiélago japonés, que hace que el clima sea muy diferente entre una zona y otra) desde febrero hasta mayo aproximadamente. Si está planeando un viaje a Japón en estas fechas, conviene enterarse del pronóstico de la agencia meteorológica japonesa para la fecha exacta del florecimiento de los cerezos en cada región y reservar alojamiento con bastante antelación, ya que es una época muy concurrida y puede llegar a ser un problema encontrar algo disponible (sobretodo en lugares como Kioto)
El denominado ohanami consiste principalmente en hordas (pacíficas) de japoneses haciendo picnic debajo de los árboles, rodeados por un bello paisaje de flores blancas, rojas y violáceas. Muchos de estos grupos son los típicos salaryman y officelady (OL) japoneses que ansiosos por dejar la luz artificial de la oficina y disfrutar de un poco de aire fresco acuden con sus respectivos compañeros y jefes a celebrar el evento. Los más cansados del grupo son normalmente los novatos de la empresa, que tienen la obligación de reservar un buen sitio debajo de los árboles (los parques están realmente llenos en esta época y llega a ser conflictivo encontrar un lugar libre) desde horas tempranas para el resto de la manada que va llegando progresivamente a lo largo de la mañana (mientras más veterano más tarde se puede llegar). El hanami puede prolongarse hasta la noche, el denominado yozakura (夜桜), cuando los parques y templos se iluminan con farolillos colocados para la ocasión.
La contemplación de los cerezos lleva celebrándose en Japón desde la época Nara (s. VII) y la belleza de las flores de sakura ha sido plasmada en numerosos textos literários, poéticos y pinturas. La esencia de su importancia radica en el legado de la filosofía sintoísta y budista, centro del pensamiento filosófico-religioso del país. El sintoísmo otorga un lugar central a la veneración a la naturaleza y sus acontecimientos, mientras que la filosofía budista habla de lo efímero de la existencia. La corta vida de la bella flor de cerezo representa a la perfección la brevedad de la existencia y el pasar incesante del tiempo.
Realmente la contemplación de los cerezos en flor es un acontecimiento que merece ser experimentado en Japón. Algunos de los sitios más populares para disfrutar del evento son el parque Yoyogi en Tokio, el templo Kiyomizudera en Kioto y los jardines del Castillo de Osaka. Nara y Arashiyama también son conocidos lugares para hacer hanami.
Eso si, prepárense, ya que como deja escrito Sooin (s. XVII) en tono burlón:
“Por contemplar las flores
Me duele
El hueso del cuello”
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