Historia Okinawa
En el año 1429, el territorio fue unificado por el líder del reino del sur para formar lo que se denominaría el Reino de Ryukyu, cuyo centro político pasó a ser el Castillo de Shuri.
Por su localización geográfica en la zona central de Asia Oriental, el archipiélago se nutrió de diversas influencias extranjeras que mezcló y adaptó hasta llevar a la formación de una cultura propia muy especial.La primera etapa del periodo del Reino de Ryukyu (1429-1879) resultó un periodo de próspero intercambio comercial y cultural tanto con China, Japón y el Sureste Asiático. Las naciones vecinas estaban interesadas en comerciar con los diferentes productos típicos de Okinawa, como el awamori o alcohol típico de la zona y productos artesanales tales como la cerámica. El intercambio comercial con China fue particularmente fructífero durante este periodo y su influencia puede percibirse en los castillos del Reino de Ryukyu que quedan presentes en la actualidad.En el año 1609, el dominio de Satsuma invadió la isla de Okinawa, cuyos habitantes no tenían armas y no podían defenderse. Pese a la invasión, las cosas continuaron más o menos como hasta el momento hasta el año 1879, cuando Okinawa pasó a ser una prefectura más de Japón y a estar supeditada al gobierno central.
Segunda Guerra Mundial.
Desde abril hasta el 23 de junio de 1945 tuvieron lugar terribles enfrentamientos armados entre las fuerzas estadounidenses y los japoneses en la isla de Okinawa. Durante este periodo, los habitantes de la isla, que hasta el momento habían vivido pacíficamente sin armas durante siglos, fueron obligados a luchar contra los soldados americanos.
Los habitantes de la isla sufrieron abusos no únicamente por parte de los soldados “enemigos”, sino también por parte del ejército japonés, cuyo recuerdo ha quedado grabado en la memoria de muchos. Los soldados japoneses que acudieron a Okinawa enseñaron a sus habitantes que debían suicidarse antes que dejarse caer en manos del enemigo y entregaron granadas de mano y otras armas para tal efecto. Durante este periodo, muchos okinawenses se refugiaron en cuevas (denominadas ganmas), sobretodo al sur de la isla (ya que la incursión americana había empezado por el norte), y allí permanecieron durante meses, sin luz ni noticias del exterior, algunos incluso hasta meses después de que Japón hubiera anunciado la derrota oficial. Además, consta que se perpetuaron numerosas violaciones tanto por parte de japoneses como de soldados aliados.
Pero quizás lo más terrible de este suceso y que perdura en las mentes y el corazón de los habitantes de Okinawa, es que el gobierno japonés era consciente de que la batalla de Okinawa estaba perdida de antemano y sólo pretendía ganar tiempo mientras preparaba a las tropas en el resto de Japón para enfrentarse a los americanos que subirían desde Ryukyu hacia Honshu. Es decir, que los más de cien mil civiles que murieron durante la confrontación, tanto a manos de los enemigos como impulsados por su propio país, estaban siendo utilizados como presa bloqueadora del ataque aliado, condenados de antemano por su propio país.
La isla de Okinawa y sus habitantes reunidos en campos de concentración, quedaron completamente destruidos tras la batalla.
Ocupación americana y el problema de las bases americanas.
Tras la Segunda Guerra Mundial el archipiélago de Ryukyu fue invadido por tropas estadounidenses que establecieron bases militares en toda la isla.
La ocupación americana continuó durante 27 años hasta el 15 de mayo de 1972, cuando la prefectura fue devuelta al gobierno japonés. Durante este periodo los habitantes de la isla necesitaban un pasaporte para viajar al resto de Japón, los automóviles cambiaron el lado por el que circulaban de la noche a la mañana y los militares estadounidenses campaban alegremente por la isla. En la actualidad, en Okinawa se encuentran el 75% de las bases militares estacionadas en Japón. Además del peligro de las armas nucleares, los habitantes de la isla tienen que convivir con las tensiones provocadas por los soldados americanos y otros problemas, como los recientes accidentes de aviones Osprey. Las tensiones entre el gobierno local de Okinawa, que reclama una retirada total o parcial de las bases, y el gobierno central del país, son problemas que perduran hoy en día. En la conciencia de los habitantes del archipiélago siempre está presente en realidad la diferencia entre un japonés y un okinawense.
En la actualidad, los habitantes del antiguo reino de Ryukyu, además de manifestarse en contra de las bases militares americanas, luchan por preservar una lengua y una cultura centenaria que, poco a poco, se está perdiendo.